Parroquia Santo Toribio de Pencahue:
El cariño y la fe de la gente de campo
Santo Toribio de Pencahue es una parroquia rural ubicada en una zona entrañable, tal como lo es su gente. Y aunque las capillas que la conforman se encuentran relativamente distantes de la sede parroquial, han conseguido relacionarse y tener una buena comunicación tanto con los sacerdotes como entre ellas mismas.
Así lo describe el Padre Juan Pablo Valderas, Barnabita, quien desde el año 2018 es el encargado de guiar la fe de esta parroquia. Al poco andar de este camino, la pandemia hizo que se generaran formas distintas de atender las necesidades religiosas de la gente. Así fue como comenzaron las transmisiones de la misa online y la comunicación a través de las redes sociales.
Pese a los problemas de conexión muchos se sumaron a esta metodología, pero la presencia de adultos mayores los hizo buscar una forma más cercana y apostaron por las visitas a las casas, a caballo en algunas, en vehículo otras; primero sin entrar, llevando al Santísimo, daban la bendición y más delante ya pudieron ofrecer la comunión. Esto propició, dice el Padre Valderas, un clima en el que las personas se pudieron recoger y hacer oración, en un encuentro con Dios.
En esta comunidad son cuatro sacerdotes que, en conjunto, atienden la sede parroquial y las capillas. Se trata del P. Paulo Talep, P. Luis García y el P. Guillermo Valdivia más el P. Juan Pablo Valderas. Si bien tienen asignadas sus localidades, actúan mediante rotación, por lo que todos son conocidos en todas las comunidades.
Se siente el cariño
Sin duda esta comunidad tiene una alta presencia de adultos mayores. Ellos son los que participan en las actividades parroquiales y además están insertos en el área social, lo que se traduce en un buen complemento. La presencia juvenil está representada por la comunidad estudiantil del Colegio El Salvador. Se ha generado la interacción de ambas comunidades, que haya diálogo entre ellas, señala el Padre Valderas.
La comunidad se caracteriza por ser cariñosa, por tener buena disposición, por estar siempre presente, por demostrar su solidaridad y ser muy piadosa. Eso lo han demostrado cada vez que hay que ayudar a los que más necesitan.
Fiestas patronales:
Su fiesta patronal es en marzo. Ese día tratan de que todas las comunidades estén presentes en la sede parroquial para compartir, aunque la distancia hace que el tiempo sea más acotado. Y una de las innovaciones que se ha instalado es la celebración patronal de cada capilla, procurando siempre que todas las comunidades participen en cada una de ellas.
Así consiguen que vaya en retirada el concepto de aislamiento relacionado con cada capilla, producto de la geografía del lugar. “Es importante que se sientan parte de una misma familia, y se da un espacio para que se puedan conocer entre ellos”, cuenta el Padre Valderas.
Actividades en comunidad
Tomando el ejemplo del fundador de la congregación Barbabita, San Antonio María Zaccaría, quien fuera promotor de la Adoración de las 40 horas, y en el contexto del año de la oración, se pretende exponer al Santísimo por 40 horas seguidas en las capillas y en el colegio.
Otra actividad que reúne a la comunidad es la bendición de los animales el día de San Francisco de Asís, donde se recalca el cuidado del medio ambiente y de todas las criaturas; y la responsabilidad que tenemos como parte de este.
Este mes celebraron también a San Joaquín y Santa Ana con una Eucaristía de la que participan especialmente abuelos junto a sus nietos y se destaca la importancia del noble lazo que los une y el significativo aporte de los mayores de la familia.
Sin duda, las fiestas religiosas son hitos que unen a la comunidad en torno a la fe y en un sentido comunitario que los mantiene siempre atentos y participativos.
COMUNIDADES
Capillas: Comunidad Callejones, Comunidad Calle Nueva, Comunidad Calle Menes, Comunidad La Orilla, Comunidad Las Cruces, Comunidad Pencahue Abajo, Comunidad Casas de Pencahue, Comunidad El Niche, Comunidad Santa Inés, Comunidad de Idahue, Comunidad de Millahue.