“Queremos rescatar tradiciones que prácticamente están desapareciendo”

Lunes 04 de Marzo del 2024
“La celebración de este centenario es singularmente importante, porque permite rescatar y destacar el aporte que ha hecho la Iglesia a la conformación de la cultura y de la identidad de la diócesis y, por lo tanto, casi de toda la región”, señala Ramón Esteban Galaz, quien es encargado de la Comisión de Cultura de la celebración de los 100 años de la Diócesis de Rancagua.

Cuando fue invitado a principios del año pasado a formar parte de la Comisión Centenario, específicamente en la dimensión de Cultura, Ramón Esteban Galaz comenzó a contactar a otras personas con intereses afines para ir formando su grupo de trabajo. Actualmente, se reúne periódicamente con ellos, han elaborado un programa de actividades, han emprendido acciones para conseguir financiamiento, todo con mucho entusiasmo, sabiendo que se encontrarán con más de una dificultad.

De igual modo siguen trabajando sin desanimarse. Conversamos con Ramón Galaz para conocer más sobre el trabajo que se está realizando.

 

 

  • ¿Por qué es tan importante que cultura esté incorporada en la celebración de los 100 años?

Como principio general, diría que es importante que la cultura esté incorporada en todas las instancias, tanto cívicas como como pastorales. Y la celebración del centenario es singularmente importante, porque permite rescatar y destacar el aporte que ha hecho la Iglesia a la conformación de la cultura y de la identidad de la diócesis y, por lo tanto, casi de toda la región, salvo la comuna de Navidad.

Éste es un aporte que va más allá de lo estrictamente confesional-religioso, porque la cultura es mucho más amplia que eso, ciertamente, y la Iglesia ha dejado huellas en la arquitectura, en las tradiciones, en la trama urbana de ciudades y pueblos, en el sistema educacional, y en muchos otros frentes, que es importante que se destaquen. Pero, además, es un relato que empieza junto con el intercambio de culturas que se produjo en Chile desde la llegada de los españoles…digamos desde la llegada de los misioneros, de curas doctrineros, en fin; se fue configurando un nuevo patrón de ocupación del territorio, se fue modelando una nueva cultura y se fueron gestando diversas expresiones -música, artesanía, libros- que han ido conformando gran parte de nuestro acervo patrimonial, que es lo que queremos mostrar en este centenario.

 

  • ¿En qué expresiones crees que la gente nota mayormente este aporte?

Yo creo que hay varias expresiones, pero hay una que es universal, por estar a la vista de todos. Me refiero a la arquitectura, que no se expresa solamente en los templos que tienen una gran significación histórica, como la iglesia de San Francisco o la capilla del hospital -ambas en San Fernando-, o las de La Compañía o la de La Torina. También hay capillas perdidas en los fundos, que son de una sencillez y de una belleza sobrecogedoras. Eso lo pueden apreciar creyentes o no creyentes. Hay otra que es más dramática, diría yo, que es la presencia que siente la gente en los grandes momentos de necesidad, también creyentes o no creyentes: cuando hay condiciones económicas en el país de extrema necesidad la Iglesia se hace presente con su solidaridad.

Ramón Galaz da como ejemplo los comedores solidarios que se implementaron en las parroquias durante la pandemia, muchos de los cuales siguen funcionando hoy. “Para mí, ese es un ejemplo muy gráfico de que la gente en condiciones de necesidad siempre se encuentra con una Iglesia que tiende la mano”, señala y enfatiza que eso es parte de la cultura nacional.

Además, indica que “hay un diálogo permanente entre la ciudadanía y la Iglesia, que surge de sus aportes desde la Doctrina Social respecto de la Economía, de los valores predominantes en la cultura, o de sus reflexiones acerca del avance científico, o de los problemas sociales y el bien común, por ejemplo. Ahí siempre hay un espacio de encuentro con lo que conforma la presencia de la Iglesia”, precisa.

 

  • En nuestra diócesis también hay mucha riqueza en el ámbito de la piedad popular. ¿Va a abordar este tema la comisión la Comisión de Cultura?

Claro. Estamos muy entusiasmados con todas las expresiones de la piedad popular. En el fondo, son las formas que el pueblo más sencillo ha encontrado para manifestar sus devociones, y ha dotado esas manifestaciones con atributos de sensibilidad y belleza conmovedoras. Y la primera que vamos a dar a conocer es una expresión que para mí es de las más ricas que tiene la región, que es el Canto de lo Divino, que hereda expresiones del barroco español y que se traduce en una expresión cultural y musical muy propia del pueblo chileno. Incluso las composiciones poéticas que acompañan al Canto de lo Divino también tienen raíces muy antiguas y bonitas. Así, para el día 3 de mayo pretendemos que ya haya la primera expresión.

Destaca también las peregrinaciones, que forman parte de la devoción popular, y tradiciones como la de Cuasimodo, ambas profundamente arraigadas y llenas de contenido. “Tenemos la ilusión de publicar un libro que permita destacarlas”, acota.

“Queremos rescatar tradiciones que prácticamente están desapareciendo, particularmente las del mundo rural, las de lugares remotos para nuestra mirada centralista. Como la bendición de los campos al tiempo de la siembra o a los inicios de la cosecha. O rituales -casi exorcismos- para ahuyentar o para evitar la llegada de las plagas. En fin, hay un conjunto enorme de tradiciones que vamos a tratar de darlas a conocer, porque han formado parte de nuestro acervo cultural y así lo vamos a destacar”, puntualizó.

 

¿En qué actividades puede participar el público en general?

Hay actividades que se alejan de lo estrictamente pastoral, pero que consideramos también muy importantes: Pretendemos dar un ciclo de conferencias sobre patrimonio histórico y cultural de la de la región, mostrando cómo se inserta en ese acervo de bienes espirituales y materiales la dimensión religiosa.

Ramón Galaz señala que se irán dando a conocer oportunamente las fechas y lugares donde se realizarán estas conferencias, y también otras actividades como foros, charlas o conversaciones acerca de la realidad nacional o del bien común, por ejemplo. “Creemos necesario que la Iglesia tenga voz y presencia en el mundo de la política, de la solidaridad social, del derecho, de la educación, en un contexto social donde estamos sufriendo pobreza e inseguridad; donde minorías que fueron marginadas y agredidas se han vuelto intolerantes y agresoras. Hemos sido llamados a manifestar respeto, acogimiento y esperanza a todos los que viven en esta diócesis casi centenaria. Lo hemos hecho así, y así queremos seguir haciéndolo. Será nuestro legado para quienes celebren dentro de cien años un segundo centenario”, concluye.