Editorial

Jueves 30 de Noviembre del 2023
Mensaje de nuestro Obispo diocesano para esta Navidad.

Queridos hermanos y hermanas:

 

 

 “Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (San Lucas 2, 16-19).

Este Evangelio nos recuerda que en unos pocos días seremos como los pastores, testigos del nacimiento del Niño Jesús, invadidos por la alegría y el gozo. Dios, el eterno, aquel que de ninguna manera podía ser representado como leemos en el Antiguo Testamento, ahora lo vemos hecho Niño y llorando por la leche de su Madre, aquel a quien los mundos no contienen ahora lo vemos necesitando de unas pajas como abrigo. El Grande se hace pequeño para que nosotros seamos grandes. Esto sólo se entiende de rodillas, la pedagogía de Dios sólo la aprenden los humildes.

Nuestro Señor nos quiere dar múltiples enseñanzas con sus acciones. Y Jesucristo en su Nacimiento nos enseña que Él es el rostro humano de Dios a la vez que es el rostro divino del hombre, del ser humano.

Además, Jesucristo nos revela así el misterio y la grandeza de cada hombre y mujer...

Por eso mismo la Navidad no es sólo una fiesta de los niños.  No, Navidad es la fiesta de todos, aunque sí, necesitamos alma de niños para profundizar en su enseñanza.

Cuando estamos a fin de año y nuestras fuerzas están menguando, que esta Santa Fiesta, anime cada una de nuestras vidas. Aquellos que se sientan fatigados, descontentos, solos, tristes, enfermos, abran los ojos y dense cuenta de que valen mucho, el mismo Dios se parece a ustedes y ha querido compartir sus vidas para que no desfallezcan y alcancen la meta a la que estamos llamados. Unan sus vidas por la fe y la oración a Aquel que no fue vencido por el mal y que nos llama a no temer y a participar de su triunfo.

Los que viven felices, aquellos que sienten que la vida les sonríe, den gracias y fíjense que no se han de quedar prendidos en las alegrías que pronto pasan, sino que han de buscar la que permanece para siempre y que han de buscar parecerse más al mismo Jesús, en sus gestos y obras, ahí encontrarán la verdadera alegría.

Así, mirando el Nacimiento aprendamos lo valiosos que somos a los ojos de Dios y luego de contemplar arrodillados el Misterio, levantémonos con nuevas fuerzas porque Dios está con nosotros.

 

¡Muy Feliz Navidad!

 

+ Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua