Tal como dice su nombre, Sagrada Familia, esta parroquia se destaca por la gran participación de las familias en las actividades pastorales, donde la Eucaristía es la principal. 

Su párroco, el padre Emilio Maldonado, asevera que “esta es una parroquia cuya principal impronta es la presencia de las familias y ello significa que en las misas asisten muchos jóvenes y niños”, asegura. Por ello, en cada misa se disponen alrededor del altar mesas de párvulo para que los más pequeños se sienten a pintar el evangelio del día; y una vez al mes se les reparten monedas de chocolate.

A esta característica se suma un gran protagonismo por parte de los laicos: “Ellos son muy comprometidos y con mucha iniciativa, son protagonistas de su fe. Participan activamente, y, a diferencia de lo que ocurre en otras parroquias, donde las mujeres tienen mayor presencia, aquí hay muchos varones que colaboran en la lectura de la liturgia, en la colecta y en la coordinación pastoral y en las iniciativas sociales, como la campaña de las cajas de Navidad”.

LA EUCARISTIA

El padre Emilio Maldonado cuenta que la Eucaristía es el eje principal en la parroquia Sagrada Familia, pero también un gran desafío pastoral.

En la sede parroquial, estas están siempre llenas, lo que motivó a que se agregaran más horarios los días sábado y domingo por la tarde; y para la misa de domingo a las 12 horas, se amplía la parroquia hacia el patio, al aire libre, durante los meses de mejor tiempo. 

En tanto, en la capilla San Juan Pablo II de Sanchina se celebra la Eucaristía todos los días sábado; y en la capilla Nuestra Señora de Lourdes de Coya, todos los domingos. En la capilla de San Joaquín de los Mayos, el padre la celebra una vez al mes y realiza un encuentro taller de la Biblia. Mientras que las otras tres comunidades tienen misa una vez al mes, durante invierno. Entonces, “el desafío -señala el párroco- es buscar la forma de aumentar esa presencia pastoral en las comunidades, potenciarlas, esa es mi principal preocupación pastoral para el 2024”, asevera.

LOS LAICOS

El protagonismo de los laicos en la parroquia Sagrada Familia se demuestra en que ellos se ocupan, por iniciativa propia, de muchos aspectos, tales como la campaña de Navidad 2024, donde se han autoimpuesto la meta de confeccionar, con aportes, 200 cajas.

También está el desafío para el próximo año de una campaña para reunir fondos que les permita construir otra sala parroquial para que las actividades se puedan realizar con mayor comodidad y todos tengan un espacio, pues cada vez son más las actividades que se realizan.

En la parroquia además de las catequesis y Ayuda Fraterna, funcionan dos grupos de Adoración al Santísimo, que se reúnen todos los jueves y viernes desde las 6 a.m. hasta las 19 horas, distribuidos por horarios.

Además, todos los jueves por la tarde funciona el Taller Perdón y Alabanza, a cargo de Verónica Allende, y donde participan agentes pastorales y la comunidad en general. Este está enfocado a la formación de la Sagrada Escritura, cantos y alabanzas de la Sagrada Escritura.

También durante todo el año, desde marzo a noviembre, el segundo sábado de cada mes, de 10 a 13 horas, se realiza un taller de formación, que es dictado por el diácono Hugo Bazzo y el agente pastoral Rodrigo Zúñiga. Este está dirigido a temas contingentes y de formación teológica.

La parroquia Sagrada Familia además cuenta con seis coros, que se van turnando para animar la Eucaristía en la sede parroquial y las comunidades; 15 catequistas; 50 agentes pastorales; 12 ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión; un diácono; y el grupo de Liturgia.

Entre todos ellos forman esta gran parroquia que se reúne para Cantarle a la Carmelita durante el mes de julio; celebrar el Mes de la Solidaridad, compartiendo su tiempo, experiencias y cariño, más que buscar un aporte económico; y a vivir el Mes de la Familia, en octubre, cuando celebran su fiesta patronal, con una serie de actividades donde participan desde los más pequeños hasta los adultos mayores, como la Sagrada Familia.

El padre Emilio Maldonado señala que “no sabemos lo que nos depara el 2024, no sabemos cuánto vamos a reír o cuánto vamos a llorar, pero si tenemos la certeza de que el Señor está con nosotros, y que venga lo que venga, pase lo que pase, tenemos al Señor de nuestra parte y eso nos lleva a no tener miedo y a lanzarnos en esta aventura de lo que venga”.