Con alegría y mucho entusiasmo niños, jóvenes, adultos y adultos mayores acudieron a las diferentes acciones pastorales convocadas este año para vivir el Mes de la Familia. Bajo el lema “Familia, ícono de Sinodalidad”, algunas estaban dirigidas a la reflexión, otras al diálogo o el fortalecimiento de la fe.
El mes comenzó con la bendición de altares familiares en las parroquias. Por ejemplo, en la parroquia Asunción de María de Quinta de Tilcoco se entregaron los altares familiares de la Sagrada Familia, para que los fieles pudieran preparar en sus casas un espacio de encuentro y oración durante este mes.
Además, este año, por primera vez en nuestra diócesis de Rancagua, se celebró el Rosario Mundial de Familias, en las parroquias de San Vicente de Tagua-Tagua, Lo Miranda y Santa Cruz, entre otras comunidades parroquiales que rezaron este rosario, bajo el lema “Familia que reza unida, permanece unida”.
En Pichilemu y Ciruelos, los fieles vivieron el 9 de octubre una Peregrinación Familiar, y a través de siete estaciones pudieron rezar y meditar sobre la importancia de la familia y compartir fraternalmente el pan. Esta concluyó con la Eucaristía, presidida por el padre Ernesto Castro, asesor diocesano de la Pastoral Familiar.
En Rengo, se realizó una oración especial por las familias y, el 29 de octubre, en todas las comunidades se efectuó una renovación de votos matrimoniales y se entregó una bendición especial a todas las parejas.
Jornada en Pelequén
El 14 de octubre, matrimonios y miembros de la Pastoral Familiar diocesana, participaron de la Segunda Jornada de Encuentro, en el Santuario de Pelequén. En la ocasión, recibieron un inspirador mensaje de nuestro Obispo Guillermo Vera y, luego, el asesor diocesano, padre Ernesto Castro, inició la jornada con una vibrante animación a ser Familias en nuestras comunidades.
Posteriormente, el matrimonio conformado por Teresa y Martín expusieron pistas e ideas centrales del documento “Itinerario Catecumenal para la vida Matrimonial”; para pasar a un segundo momento en que se discutieron algunas propuestas prácticas de la forma en que podríamos implementar dicho plan en nuestras comunidades.
Un Mes de la Familia que fue vivido con alegría y mucho entusiasmo en toda la diócesis de Rancagua.
