“Creo que ha sido una experiencia positiva, pero con dificultades”

Lunes 02 de Octubre del 2023
Monseñor Fernando Ramos, quien fue administrador apostólico de Rancagua entre 2018 y 2019 y actualmente es arzobispo de Puerto Montt, será uno de los chilenos que participará en el Sínodo de la Sinodalidad. Rumbos conversó con él sobre este tema a pocos días de comenzar su viaje a Roma.

El Arzobispo de Puerto Montt, monseñor Fernando Ramos Pérez, será uno de los tres chilenos que participará entre el 4 al 29 de octubre en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicada al tema de la sinodalidad. Junto a él estarán el Obispo Auxiliar de Santiago, Carlos Godoy Labraña, y la Secretaria General Adjunta de la Conferencia Episcopal, Valeria López Mancini.

Para saber cómo se ha preparado para esta tarea y cómo ha sido este caminar sinodal, Revista Rumbos conversó con él, antes de que partiera al Vaticano. De buen ánimo y explicando claramente cada paso dado en este proceso, Monseñor Fernando Ramos cuenta qué espera de su participación: “Mi expectativa es que haya -en primer lugar- un ambiente de discernimiento en el espíritu, por eso también vamos a comenzar con un retiro; no será solamente un momento de debatir o dialogar sobre el tema, sino que también juntos como comunidad podamos reflexionar con apertura de miras y con una capacidad de escucha cuáles son los temas más relevantes para la sinodalidad. Y, después, ya en la sesión del 2024, ir concretizando los pasos que tenemos que dar como Iglesia para hacerla más sinodal”.

 

  • Monseñor, ¿Cómo se ha preparado usted para participar en esta asamblea?

“Bueno, hay dos ámbitos de preparación. Un primer ámbito ha sido participar en todos los procesos que ya se han iniciado hace dos años. Porque ha habido un pre-sínodo: hubo una etapa diocesana, una etapa nacional, y después una etapa continental”.

El obispo Ramos explica que ha sido parte de cada una de esas etapas, tanto en su Diócesis de Puerto Montt, al apoyar el proceso de escucha y la elaboración de los aportes, como en la etapa nacional; luego, en la etapa del Cono Sur, asistió a un encuentro en Brasilia, en marzo de este año; y en agosto fue a un encuentro en Bogotá.

“Por otra parte -señala- he tenido algunas preparaciones más bien específicas de documentarme, leer toda la toda la información, todos los documentos que han enviado, particularmente, el Instrumentum Laboris y el documento para la etapa continental que se elaboró en Roma para ir familiarizándome con los temas. Entonces, ha sido una preparación bastante larga y a través de distintas modalidades”.

 

  • ¿Cómo evalúa la participación de Chile en las distintas etapas?

“Yo diría que en todos lados nos costó un poquito el trabajo diocesano, porque coincidió también con la época de la pandemia y era muy difícil hacer encuentros presenciales o difundirlo de forma masiva. Una segunda dificultad que hemos tenido es con respecto a que a la gente que participa en nuestras parroquias o que asiste habitualmente a la eucaristía los domingos, todos estos temas -que son más bien de sentarse a reflexionar, a sentarse a compartir sobre un determinado itinerario- muchas veces les cuesta, entonces si bien es cierto, hubo grupos en todas las parroquias, la participación no fue tan masiva como hubiera sido deseable.

En los otros países, yo diría que más bien ocurrió lo mismo. Por eso creo que ha sido una experiencia positiva, pero también con dificultades”.

 

  • En ese mismo contexto, ¿qué pueden esperar los fieles después de estas asambleas del 2023 y del 2024?

“Los fieles también pueden sumarse en cierta forma a ambas sesiones del sínodo a través de la oración. De hecho, la misma Santa Sede pidió y envió en estos últimos días algunos subsidios litúrgicos para que sean incorporados dentro de las celebraciones de las misas, que ayudan a que los fieles puedan seguir en sintonía con el sínodo a través de la oración.

Ahora, ¿qué pueden esperar los fieles? Creo que, sobre todo luego de la última sesión que será el próximo año, se pueden esperar ya ciertas concretizaciones, en cuento a cómo poder organizar mejor nuestra participación en la vida de la Iglesia, nuestro compromiso con la misión y también nuestro espíritu de comunión. No creo que vayan a haber grandes cambios de repente”.

Con respecto a temas controversiales sobre los cuales se ha discutido en el último tiempo en relación con la Iglesia como el ejercicio de la autoridad en la Iglesia o la gestión de los abusos, entre otros, monseñor Fernando Ramos señala que “en las propuestas, a veces, aparecen cosas que no son el tema de trabajo. Entonces, cada propuesta debe ser ponderada por lo que ha sido la vida de la Iglesia a través de los siglos; y también debe tener una reflexión teológica que la sustente. No se trata sólo de proponer cosas, sino que hay que ver si responden a nuestra identidad cristiana”, puntualiza. 

 

  • En ese ámbito, una de las críticas que ha recibido este sínodo es el ánimo refundacional de la Iglesia que tienen algunos sectores ¿qué cree sobre esto?

“Creo que hay algunos grupos que quizás no han entendido bien en qué consiste la sinodalidad y han tratado de poner temas que para ellos pueden ser relevantes, pero quizás para no para todos; y que tampoco, necesariamente, coinciden con cuáles son los temas referidos a la propia Sinodalidad”.

A su juicio es importante, plantear las ideas en un contexto: “Yo por lo menos lo aprecié con mucha claridad en el último encuentro que tuvimos en Bogotá, donde hay conciencia de que las cosas hay que plantearlas en su contexto y con mucha madurez y ponderación para ver qué es lo que realmente ayuda a estos tres subtemas que son la comunión, la misión y la participación”, explica.