Con los sones de la banda instrumental comunal, los fieles, autoridades e instituciones locales de Doñihue esperaban atentos el inicio de la ceremonia de apertura de la Puerta Santa de la parroquia y posterior Eucaristía Solemne, ritos con los cuales se dio inicio al Año Jubilar de La Merced y el recorrido hacia la celebración de su bicentenario, el próximo año 2024.

Fue un momento de mucha alegría y fe entre la comunidad que participó el viernes 22 de septiembre en este rito, que permitirá -bajo ciertas condiciones- obtener una indulgencia plenaria y la posibilidad de renovar la relación con Dios y el prójimo.

Una vez que el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto, junto al párroco de Doñihue, padre Patricio Cavour; el Vicario Pastoral de la diócesis, padre Juvenal Galaz; y otros sacerdotes, abrió la Puerta Santa del templo, tres jóvenes vestidos de huasos escoltaron la imagen de la Virgen de La Merced desde la entrada hasta un costado del altar donde fue instalada, esto se realizó en medio de aplausos espontáneos de la comunidad.

Posteriormente, en su homilía, el obispo Vera señaló en relación con el bicentenario que “estamos siendo testigos de un acontecimiento grande en el mundo de la Iglesia y para la comunidad de Doñihue”. Agregó: “hoy estamos celebrando que hace 200 años caminan como parroquia, pero son muchos más los que han caminado como comunidad creyente”.

El obispo de Rancagua invitó a los presentes a preparase para vivir este año jubilar y cruzar la Puerta Santa, esperando que este sea un año de gracia y conversión para el Pueblo de Dios que peregrina en la diócesis de Rancagua.

Al finalizar la eucaristía, el párroco de Doñihue, padre Patricio Cavour señaló que esta fiesta es un motivo de gran alegría para toda la comunidad. Además, señaló que el consejo pastoral parroquial quiso dar gracias a Dios por los fieles que han aportado mucho a la Iglesia y por su testimonio de fe. Es así como se entregó un reconocimiento póstumo a tres personas y a otros 4 agentes pastorales activos.