Palabras del Pastor

Mensaje de nuestro obispo diocesano, Monseñor Guillermo Vera Soto, invitando al diálogo social

 

 

• Apostar por el diálogo lleva a trabajar con tesón y perseverancia, dándose tiempo para hablar con confianza y sinceridad, al igual que para escuchar con una atención serena, que permita no cerrarse a la parte de verdad que el otro pueda tener”, indica el pastor diocesano.

 

 

“Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo esto resume el verbo dialogar”, así comienza el capítulo VI de la Fratelli tutti, del Papa Francisco dedicado al tema del diálogo y la amistad social. 

El verbo siempre indica una acción y en el verbo dialogar el Papa nos invita a reconocer que esa palabra lleva consigo muchas acciones que han de ser tenidas en cuenta si al dialogar deseamos alcanzar frutos duraderos.

Cuando hay momentos difíciles, de tensión en una sociedad, en una comunidad, en una familia, siempre se invita a dialogar, como una opción válida y necesaria, en la cual se coloca la esperanza de un entendimiento que lleve al encuentro, a la paz.

En medio de una tensión social como la que hemos estado viviendo en Chile, el diálogo se ve como algo urgente que nos puede sacar tanto de la indiferencia egoísta como de la protesta violenta. Apostar por el diálogo lleva a trabajar con tesón y perseverancia, dándose tiempo para hablar con confianza y sinceridad al igual que para escuchar con una atención serena, que permita no cerrarse a la parte de verdad que el otro pueda tener.

Un diálogo que busque la paz será siempre un trabajo artesanal, algo en el cual, se une la experiencia y también la apertura a las cosas nuevas. Nuestra sociedad chilena y mundial, sin duda que necesita de este trabajo que va a significar procesos de encuentro, procesos que construyan un pueblo que saber recoger las diferencias.

El diálogo es el camino y al ser sincero, ayudará a construir puentes y no levantar muros. Que el tiempo que vivimoscomo país, nos lleve a profundizar el diálogo entre todos, en la familia, en las distintas comunidades y en la iglesia.

Que el diálogo lo podamos vivir sentándonos a la mesa del hogar y de los barrios, donde podamos vernos las caras, ése es el diálogo fecundo y no el que muchas veces tenemos por las redes, donde al no darnos las caras y esconder nuestros nombres, nos ofendemos más que nos encontramos.

El diálogo fecundo nos llevará por caminos de entendimiento y de paz, esto es lo que hemos de practicar y enseñar, como dice el Papa: “Armemos a nuestros hijos con el arma del diálogo, enseñémosles la buena batalla del encuentro”, gran tarea que hemos de realizar y enseñar. Dios nos ayude en esta misión.

Que Dios los bendiga,

 

+Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua