Palabras del Pastor

Mensaje del Obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera para este nuevo año.

Obispo de Rancagua nos invita a vivir con esperanza este 2024.

 

Muy queridos hermanos y hermanas:

Vamos a iniciar un nuevo año. El tiempo pasa muy rápido y en él vivimos alegrías y zozobras. Con todo, el ser humano mantiene la esperanza y nos deseamos lo mejor, nos deseamos felicidad y parabienes. Pero eso tenemos que hacerlo con los pies bien puestos en la tierra.

El mundo será mejor si nosotros somos mejores. Podremos tener un poco más de felicidad si nosotros la sembramos. Por lo tanto, eso de “feliz año”, no significa un año sin problemas, ni pensemos que todo será más fácil. No,  vivir no es una quimera.

La dicha verdadera no es vegetar en un jardín hermoso, donde cada fruto es exquisito y hay aroma de júbilo. Si pensamos esto como la realidad, sería no pisar el suelo concreto.

Por eso, queremos iniciar un nuevo año con la convicción de que con una vida entregada, buscando servir y hacer el bien a los demás y con la confianza de que Dios ha elegido luchar a nuestro lado codo a codo, podremos recorrer los días que se nos regalan con renovada esperanza.

Para los que creemos nos hace bien recordar la palabra de Dios, la cual nos advierte, consuela y anima. Nunca estamos solos. Nos dice el Señor,  en el profeta Isaías en el capítulo 46: “Yo he cargado con ustedes desde antes que nacieran. Yo los he llevado en brazos y seguiré siendo el mismo cuando sean viejos, cuando tengan canas todavía los sostendré”. Estamos en las manos de un Padre que no nos suelta y nos invita a no temer, a no caer en él desaliento. Nos dice también, en Isaías en el capítulo 43: “Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo. Si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás. Si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, pues yo soy tu Salvador, te aprecio, eres de gran valor a mis ojos. No tengas miedo, yo estoy contigo”. Hermoso texto que nos anima a permanecer firmes en las pruebas y salir fortalecidos de ellas.

Los que creemos podemos entregar un poco de esta confianza, a aquellos con los cuales nos encontramos, y mostrar que vivimos en actitud de confianza, haciendo todas las cosas como si sólo dependieran de nosotros, pero con la certeza de que siempre estamos en las manos de Dios y que Él nos ayuda, porque el Señor, el Dios eterno, el Creador del mundo entero, no se fatiga ni se cansa, su inteligencia es infinita. Él da fuerzas al cansado y al débil, aumenta su vigor. Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, pero los que confían en el Señor  tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas y podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse. Así nos habla el Señor en el profeta Isaías, en el capítulo 40.

Que en la Iglesia, entonces, en nuestros apostolados y testimonios, en medio de nuestros quehaceres que cada uno tiene, podamos de alguna manera llevar la certeza de estas verdades.

A nosotros nos dice el Señor, en Isaías 43: “Ustedes son mis testigos, mis siervos, que yo elegí para que me conozcan y confíen en mí y entiendan quién soy”. Que la fe bien vivida nos ayude a vivir con esperanza, y a llenar de ella la vida de aquellos con los cuales nos encontramos.

Hermanos y hermanas: ¡Qué Dios les bendiga y feliz año 2024!

 

+Guillermo Vera Soto

Obispo de Rancagua