"ENTRE JUNIO Y JULIO"

Viernes 30 de Junio del 2023
Columna de opinión

Tiempo llamado comúnmente "Mes de los Santos” porque el calendario civil y el Calendario Romano General traen muchos nombres de santos, beatos y mártires que vivieron la fe en Dios, "sirviendo en santidad y justicia delante de Él todos sus días" (Lc. 1,75). Entre ellos, nombres muy queridos y populares que no pasan de moda, a pesar de la influencia extranjera o nombres de fantasía elegidos por los padres.
Cada celebración del santo significa la celebración en su día del "hoy" de Jesucristo y su Misterio Pascual, que es el "único Santo", los demás son reflejos de la santidad de Dios. Por lo tanto, si decimos que "a cada Santo se le debe una vela: A Dios le debemos todo honor y toda gloria". Se conmemora el día del tránsito o paso de la muerte a la vida eterna para llegar al cielo.

Como dice el Papa Francisco, los inscritos en el canon o lista entran por la puerta oficial, pero está la puerta del lado dando acceso a muchos más que, sin saberlo nosotros, silenciosamente, vivieron su vida cristiana y son los llamados "santos anónimos", que están también gozando de la gloria, lo cual señala para todos y todas, la esperanza de "colarnos" por la Gracia divina y así realizar la vocación para la cual fuimos marcados por el bautismo.

La primera creatura en llegar al cielo es la Santísima Virgen María "llena de Gracia", que en forma transversal es recordada y celebrada durante el año por sus diversas advocaciones. Nosotros como chilenos no podemos dejar pasar la fiesta de la Virgen del Carmen y la de Santa Teresa de los Andes “hija predilecta de la Iglesia", ambas en el mes de Julio y que enriquecen al país con su ejemplo e intercesión.

El mundo necesita a los santos que nos señalen y abran el camino a la trascendencia que de algún modo anhelamos, al recordarlos en el tiempo que vivimos nos proyectan hacia una felicidad plena que no se encuentra aquí y que es fruto de la pura gratuidad con la cual somos amados hijos de Dios. El seguimiento de Cristo responsablemente, con los pies en la tierra nos hace partícipes de su santidad como miembros activos de su Iglesia.

Pbro. José Miguel Ortiz B.