Palabras del Pastor

Mensaje del Obispo Diocesano, Monseñor Guillermo Vera Soto, en Cuaresma 2023

"Durante 40 días los creyentes queremos acompañar de manera especial a Jesús, escuchar su palabra y poder contemplar con ojos admirados lo que él hizo por nosotros y por nuestra salvación".
Muy queridos hermanos y hermanas: La solemnidad más importante que celebramos los cristianos es cuando cada año en Semana Santa, revivimos los misterios de la muerte y resurrección del Señor, acontecimiento que llamamos el Misterio Pascual. Esta solemnidad los cristianos, la hacemos preceder con una preparación: Cuaresma, que iniciamos el día 22 en el llamado Miércoles de Ceniza. Durante 40 días los creyentes queremos acompañar de manera especial a Jesús, escuchar su palabra y poder contemplar con ojos admirados lo que él hizo por nosotros y por nuestra salvación. Nosotros, los que creemos en Jesús, hemos de desear parecernos a Él, tener sus mismos sentimientos y tratar de realizar sus mismos gestos y obras, para, así como nosotros tenemos esperanza poder llevarla a los demás. Los tiempos que nos tocan vivir, no son fáciles, sin embargo, la fe nos enseña que no estamos solos ni a la deriva y, aunque caminemos por cañadas oscuras, el Señor en el cual creemos, nos acompaña, y es como el bastón en el cual nos podemos apoyar para seguir caminando. Los acontecimientos de los últimos tiempos, pandemia, sequía, incendios, violencia, inseguridad, nos señalan que nos necesitamos los unos a los otros y que juntos hemos de remar en el mar embravecido de la vida para poder llegar al ansiado puerto donde podamos encontrar seguridad. Para el creyente, este puerto seguro, no es otro que el mismo Dios En una plegaria que rezamos le decimos al Señor: “danos entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspíranos la palabra y el gesto oportuno, ante el hermano que sufre y está desamparado, haz que los sirvamos con sinceridad siguiendo el ejemplo y el mandato de Cristo”, por eso, en este tiempo de cuaresma somos invitados a que el bien que hemos de hacer siempre, en este tiempo, lo hagamos con especial dedicación. En este tiempo trabajemos con respeto y seriedad por nuestra salvación, viviendo las prácticas de la oración, ayuno y caridad con espíritu renovado. Nos dice el Papa Francisco: “La vía de la pobreza y la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido (la limosna), y el diálogo filial con el Padre, (la oración), nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante”. En Cuaresma, nos dice el Papa que “estemos más atentos a decir palabras de aliento, que reconfortan, que fortalecen, que consuelan, que estimulan, en lugar de palabras que humillan, entristecen, irritan, desprecian”. Todas estas acciones nos harán subir más alto, así como el Señor que invitó a Pedro, Santiago y Juan a subir el Tabor, donde les manifestó su gloria. Todo el esfuerzo que hagamos por ascender en nuestras vidas nos permitirá ver la gloria de Dios y lo hermoso del esfuerzo por ser fieles. En Cuaresma, reiniciaremos un nuevo año pastoral, las distintas actividades vuelven a comenzar; que nuestras parroquias, y las distintas comunidades se llenen de vida. Muchos volverán a sus catequesis y diversos servicios, otros se incorporarán y buscaremos a quienes están lejos para invitarlos a conocer y servir al Señor. El campo es grande y todos contamos en la tarea evangelizadora. Que el Señor nos conceda la gracia de subir más arriba como Iglesia, en espíritu sinodal, sabiéndonos responsables unos de otros y de la tarea que el Señor nos encomienda, acrecentando el espíritu misionero, de acogida, de servicio que regale esperanza. La Virgen santa, Madre buena, nos enseñe a escuchar y servir a Dios y a los hermanos. Dios bendiga este camino de la Cuaresma y del apostolado de este año.