Editorial. El Buen Pastor

Martes 02 de Mayo del 2023
Mensaje de nuestro obispo diocesano.

Hermanos y hermanas:

Cada año, el cuarto domingo del tiempo pascual, la Iglesia nos invita a meditar en el texto del evangelio donde Jesús se muestra a sí mismo como el buen pastor. Jesús, el Señor, usó la imagen del pastor tan conocida para su gente, acostumbrada a ver rebaños conducidos por pastores y así les enseñó el amor y preocupación de Dios para con cada uno de ellos. Para los primeros cristianos esta figura del buen pastor fue muy querida. En las catacumbas de Roma se encuentran varios testimonios de pinturas que representan al Señor como un joven pastor que carga en sus hombros o lleva en sus brazos a una oveja, símbolo del creyente.

Hoy, en nuestro mundo tan tecnologizado, seguimos nosotros valorando la imagen del pastor, ella nos refiere ternura, preocupación. En nuestra vida necesitamos de personas que nos guíen, acompañen, protejan de los peligros, y nos lleven a los lugares donde encontremos los alimentos para nuestras vidas.

El Señor ha querido que en su Iglesia haya pastores. Él mismo, nos invita a pedir este don para la comunidad: “…Jesús, al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban angustiados y desvalidos, como oveja que no tienen pastor. Dijo entonces a sus discípulos: Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla” Mt 9 36-38.

Todos conocemos ejemplos de buenos pastores que nos han acompañado en nuestra vida de fe y agradecemos por esos sacerdotes fieles y entregados en su ministerio. Hoy, con fe, pidamos al Buen Pastor que continúe regalando a su Iglesia los pastores que ella necesita, y que en medio de oscuridades que hemos conocido en el último tiempo, pueda mostrarse con nitidez la luz de muchas vidas entregadas con generosidad para guiar a tantos a las fuentes de la vida, a la persona de Jesús el buen pastor y salvador

Más allá de los pastores en la Iglesia y de lo importante de su labor, pienso que los padres y madres de familia son quienes primero han de ser pastores de esos hijos e hijas que les han sido confiados. Son ellos quienes primero han de conocerlos en profundidad, ser capaces de intuir lo que están pasando y sintiendo; el pastor conoce a sus ovejas por su nombre y las sabe distinguir muy bien unas de otras.

Para los papás cada hijo es distinto y necesita, por lo tanto, los cuidados adecuados, la orientación oportuna, la corrección precisa. Ustedes han de estar atentos para protegerlos de todo aquello que les pueda dañar, en el ambiente de la familia, del colegio, de la entretención, de los amigos. En el medio donde se desenvuelven, lamentablemente, puede haber peligros ante los cuales se debe estar atento. Ustedes padres, son los que primero han de velar por el bien de sus hijos, es una tarea que no pueden dejar, ustedes son los que han de sembrar en sus vidas aquellos valores que a ustedes les identifiquen y no han de permitir que ni personas, entidades o ideologías les desvíen del camino que ustedes les van señalando.

Es importante y necesario sí, que ustedes mismos se dejen acompañar, guiar y enseñar para cumplir bien esta noble misión, pero siempre en una actitud de diálogo constructivo. El pastor vela por su rebaño, no sea que el lobo llegue de improviso y haga estragos. Papás, como buenos pastores dediquen tiempo a sus hijos. Abuelos, pastoreen a sus nietos.

En la sociedad civil las autoridades también han de ser como fieles pastores que cuidan de la comunidad que en ellos confía. Jesús en el evangelio habla también de aquellos pastores asalariados que cuando ven el lobo huyen y no se la juegan por sus ovejas; todo aquel que ha recibido alguna autoridad aprenda de Jesús a jugársela a dar su vida por quienes han confiado en sus competencias. Jefes, responsables de grupos de personas, de comunidades, traten de servir con el espíritu del buen pastor, conozcan a los suyos, velen por sus derechos, fórmenlos en lo que es recto, que con la autoridad que da una vida ejemplar puedan guiar a su gente por caminos de bien. Al celebrar el Día del Trabajo, pensamos también en todos aquellos que han recibido autoridad en los sindicatos, las empresas y los distintos trabajos, pedimos que puedan realizar su encargo con competencia, buena voluntad y procurando ser un ejemplo para los suyos.

Resumiendo, en la comunidad donde nos desenvolvemos: familia, trabajo, amistades, Iglesia, necesitamos pastorearnos, es decir, cuidarnos, animarnos en lo bueno, corregirnos con cariño en lo que pueda estar mal, preocuparnos unos de otros, no por un afán de entrometernos, sino buscando efectivamente el bien unos y de otros. Nos hace bien a todos saber ser humildes, dejarnos acompañar y guiar en lo bueno, y corregir cuando es necesario.

Creo que a todos nos puede hacer bien orar con el salmo 23(22) “El Señor es mi Pastor”, ahí aprenderemos a confiar y a abandonarnos en las manos de Dios, y podremos replicar de alguna manera en nuestras vidas sus mismos gestos y sentimientos. Nuestro mundo necesita de buenos pastores, que tú y yo podamos ser uno de ellos.

+Guillermo Verá Soto

Obispo de Rancagua