La Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos, es una de las advocaciones de la Virgen María más veneradas del mundo entero y, por supuesto, que también en nuestra diócesis.
Este 11 de febrero fueron distintas las maneras de celebrar su fiesta: misas, procesiones, novenas, estuvieron dentro de ellas.

En Rancagua se celebraron los 100 años de la gruta que se encuentra a un costado de la Parroquia Cristo Rey, con diversas actividades, como una misa presidida por el obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera; una procesión por las calles del sector y con la infaltable torta de celebración, cuyas velas (con el número 100) fueron apagadas por el padre Giacomo Valenza.
En Rengo, en tanto, en la Basílica Santa Ana, luego de la misa celebrada en el templo parroquial por el P. Mauricio Riquelme, los fieles se dirigieron hasta la Gruta ubicada en el patio interior de la iglesia. En el lugar, el Hno. Ramón Gutiérrez, Religioso Asuncionista, recordó la devoción a Nuestra Señora de Lourdes, que se expandió en nuestro país con la llegada de la Asunción a Chile. Luego, destacando dos símbolos de Lourdes: el agua y la luz de los cirios, procedió a la bendición.

En la Parroquia San José de El Manzano, en tanto, se celebró la Santa Misa en el día de la Virgen de Lourdes en el cerrito de La Llavería, frente a la gruta, donde se oró por los enfermos y sus familias. La Eucaristía fue presidida por el Fray Franciscano, padre Cristián Eichin. En Santa Cruz, en la Parroquia Jesús Buen Pastor, se realizó una novena que concluyó con la misa en la cual se dio la Unción a los Enfermos.

En otro sector tradicional, como es La Torina, dependiente de la Parroquia de Pichidegua, se celebró al aire libre una misa, frente a la gruta, y una bendición a los enfermos, presidida por el padre Miguel Angel Riveros.

En Quinta de Tilcoco también celebraron a la Madre Santísima Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos, en una de las comunidades que está bajo su advocación. Así, los fieles esperaron la procesión con la imagen de la virgen con altares frente a sus casas, decoradas con globos blancos y celestes. Sin duda una hermosa muestra de fe.

Así también celebraron en otras comunidades tales como: Peumo, San Vicente de Tagua Tagua, en la capilla de Los Marcos de Codegua, hasta donde llegó nuestro obispo diocesano el 9 de febrero a oficiar la Santa Misa, entre otras.