Este miércoles 30 de abril, en la víspera del Día Internacional del Trabajador, la Parroquia San Francisco de Rancagua fue escenario de una Eucaristía presidida por el Obispo de Rancagua, Monseñor Guillermo Vera Soto, con la presencia de autoridades, trabajadores, dirigentes sindicales y fieles de distintas comunidades de la región.
La ceremonia se enmarcó en la Fiesta de San José Obrero y fue parte de las actividades del Año Jubilar que conmemora el Centenario de la Diócesis de la Santa Cruz. Con esta celebración, la Iglesia quiso rendir un sentido homenaje a todos los trabajadores y trabajadoras de la Sexta Región, reconociendo el trabajo como una dimensión esencial de la vida humana y un camino de santificación.
En su homilía, Monseñor Vera destacó que el trabajo constituye una parte integral de nuestra fe, y como Iglesia queremos orar por quienes laboran, por quienes sufren la falta de empleo. Recordó que hace 80 años se vivió la tragedia del humo, donde fallecieron 355 trabajadores. Y agradeció que se ha avanzado en seguridad desde ese tiempo, pero -indicó- que siempre se puede mejorar.
Trabajadores destacados
Durante la misa se elevaron distintas intenciones por el mundo del trabajo: por la Iglesia y su misión en los espacios laborales, por quienes cuentan con empleo y quienes lo han perdido, por las autoridades, empresarios y dirigentes sindicales, y por los trabajadores enfermos.
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue el reconocimiento a trabajadores y trabajadoras que, además de destacarse por su compromiso en el ámbito laboral, han realizado un valioso servicio pastoral en sus comunidades. En el marco del “Jubileo de los Trabajadores”, se les entregó un galvano con la frase: “El trabajo es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es un creador”, pronunciada por el Papa Francisco el 1º de mayo de 2020.
Los homenajeados fueron: