Palabras del Pastor

Obispo de Rancagua destaca sentido de unidad y participación en los 90 años

- Monseñor Alejandro Goic Karmelic enfatizó que esta celebración que culminó el domingo 18 de octubre, lanza a la diócesis a preparar el primer centenario con una profunda acción misionera

Monseñor, ¿Cómo evalúa la celebración de los 90 años de nuestra diócesis realizada durante el año en los diferentes decanatos?

Ha sido una manifestación de amor a Jesucristo y a la Iglesia muy importante. Durante el año hemos realizado seis encuentros decanales para procurar que en cada uno de ellos pudieran asistir más feligreses, porque obviamente trasladarse a Rancagua tiene un costo para las personas de los sectores más alejados. Esos seis encuentros, en cada uno de los decanatos, fueron realmente una fiesta de fe maravillosa, con mucha participación de fieles, algunas fueron hechas, en lugares como el estadio de Peumo, en el decanto Los Santos Apóstoles; otros, como en San Fernando-Chimbarongo, en el gimnasio de San Fernando; también en el decanato Purísima, en el gimnasio de Graneros. Hubo un esfuerzo muy grande por parte de los señores decanos y de quienes les apoyan en su trabajo pastoral para convocar el máximo gente para hacer una gran fiesta de fe, que culminaba siempre con la Santa Eucaristía. Creo que esos seis encuentros fueron fundamentales para crear este sentido de unidad, comunión y participación, que culminó con la gran fiesta que tuvimos el domingo pasado en la Catedral y que fue magnífica. Hubo mucha gente representando a todas las parroquias de la diócesis; una fiesta de mucha fe, de gran alegría y de gran compromiso. También tuvimos la oportunidad de rendirle un homenaje a don Héctor González, un preclaro hombre, periodista e historiador, a quien condecoramos con la medalla de la Santa Cruz. También hicimos un homenaje a 12 sacerdotes eméritos, es decir, que pasaron los 75 años, entre ellos tres obispos, para bendecir a Dios por su vida tan generosa y entregada, y que todavía siguen sirviendo en la medida de sus fuerzas físicas. Además, la Corporación Gaudí nos regaló un hermoso mosaico con la cruz que era el símbolo de nuestra fiesta. Es decir, la celebración del domingo pasado fue una hermosa fiesta de fe.

 

Monseñor, ¿Cuál es el llamado a los fieles de nuestra Iglesia diocesana ya camino al primer centenario de diócesis?

Esta fiesta del domingo 18 de octubre fue muy hermosa, pero también con mucha proyección. En ese sentido, como lo dije en la homilía comenzamos a preparar los caminos para el primer centenario del 2025. Por eso la insistencia fue retomar las grandes propuestas del Sínodo con los tres acentos que destaqué, tanto en los encuentros decanalas como en el diocesano: volver profundamente a Jesús, ser una Iglesia en salida y vivir a fondo la misericordia especialmente en el Año Jubilar que comenzamos el 8 de diciembre, para mostrar una Iglesia auténticamente seguidora de Jesús, cercana a todas las necesidades humanas y acogedora a todas las personas, en cualquier situación que se encuentren.

En síntesis, creo que la celebración de los 90 años fue una acción de gracia muy profunda, también pedir perdón por las debilidades que hemos tenido; y proyectar y lanzar a nuestra diócesis a preparar el primer centenario para el año 2025 con una acción misionera profunda, seria y una Iglesia que está centrada en todas las necesidades humanas.