Comenzamos a preparar el Sínodo 2021-2023

Jueves 30 de Septiembre del 2021
• El Papa Francisco está invitando a toda la Iglesia a interrogarse sobre la sinodalidad. Será un camino de dos años (2021-2023) de reflexión y de compartir por parte de toda la Iglesia. A continuación, les entregamos información sobre los textos preparatorios.

La Secretaría General del Sínodo publicó el Documento Preparatorio y el Vademécum para indicar las líneas maestras sobre las que se orientará el camino del Sínodo sobre la Sinodalidad, que se abrirá solemnemente los días 9 y 10 de octubre en Roma y el 17 de octubre en las Iglesias particulares, para concluir con la asamblea de los obispos del mundo en el Vaticano en 2023.

Por ello, les queremos invitar a que revisen estos documentos de manera de comenzar a vivir este tiempo de oración y reflexión en la Diócesis de Rancagua, uniéndonos al trabajo que se hará en todo el mundo.


Vademécum, una guía para la iglesia local

El Vademécum es un documento que pretende ser una herramienta para animar la primera fase de escucha y consulta del Pueblo de Dios en las Iglesias particulares, que comenzará en octubre de 2021 y terminará en abril de 2022.

Fue concebido como "un manual" que ofrece "apoyo práctico" a los referentes diocesanos para preparar y reunir al Pueblo de Dios. Incluye fuentes litúrgicas y bíblicas y oraciones online, así como ejemplos de ejercicios sinodales recientes y un glosario de términos del proceso sinodal. "No es un libro de reglas", se especifica, sino "una guía para apoyar los esfuerzos de cada Iglesia local", teniendo en cuenta culturas y contextos, recursos y limitaciones.

 

Documento preparatorio Sínodo 2023

El documento titulado “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión” indica en su primera parte que“con esta convocatoria, el Papa Francisco invita a toda la Iglesia a interrogarse sobre un tema decisivo para su vida y su misión: «Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio». Este itinerario, que se sitúa en la línea del «aggiornamento» de la Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II, es un don y una tarea: caminando juntos, y juntos reflexionando sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión. Nuestro “caminar juntos”, en efecto, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero”, señala el texto.

Destaca que este camino sinodal se desarrolla dentro de un contexto histórico que está marcado por la pandemia del Covid; por la falta de fe y por los abusos de distinto tipo que han cometido algunos clérigos.

En cuanto a los laicos, el documento reitera que todos los bautizados son "sujetos activos de la evangelización", por lo que es fundamental que en el camino sinodal los pastores "no tengan miedo de escuchar al rebaño que se les ha confiado". En una Iglesia sinodal, de hecho, todos "tienen algo que aprender": fieles, clero, el propio Obispo de Roma. "Uno escucha a los demás, y todos escuchan al Espíritu Santo", se reitera. También porque "una Iglesia sinodal es un signo profético sobre todo para una comunidad de naciones incapaz de proponer un proyecto compartido, a través del cual perseguir el bien de todos".


El texto preparatorio propone preguntas para guiar la consulta del Pueblo de Dios. Todo comienza con una pregunta fundamental:“¿Cómo se realiza hoy el "caminar juntos" en vuestra Iglesia particular?”

La invitación es a preguntarse qué experiencias han tenido lugar en la propia diócesis a este respecto; qué alegrías, dificultades o incluso heridas han provocado; cuáles son las perspectivas de cambio y los pasos a dar. En la relectura de las experiencias, hay que tener en cuenta las relaciones internas de las Iglesias particulares entre los párrocos, las parroquias, las comunidades, pero también entre los obispos (entre ellos y con el Papa), con los cuerpos intermedios y luego también la integración de las diferentes formas de vida religiosa y consagrada, de las asociaciones y movimientos laicos, de las instituciones de diversa índole (escuelas, hospitales, universidades, fundaciones, organizaciones caritativas). También hay que considerar las relaciones y posibles iniciativas conjuntas con otras religiones, con personas alejadas de la fe, con el mundo de la política, la cultura, las finanzas, el trabajo, los sindicatos y las minorías.


Núcleos temáticos


Por último, el documento preparatorio entrega un orden de diez núcleos temáticos para articular la "sinodalidad vivida". Hay que profundizar en ellas para enriquecer aún más la consulta.


Compañeros de viaje: es decir, reflexionar sobre quiénes forman parte de lo que llamamos "nuestra Iglesia", así como quiénes son los "compañeros" que están fuera del perímetro eclesial o que quedan en los márgenes.


Escucha: los jóvenes, las mujeres, los consagrados, los descartados, los excluidos.


Tomar la palabra: considerar, por tanto, si se promueve "un estilo de comunicación libre y auténtico, sin duplicidades ni oportunismos" dentro de la comunidad y sus órganos.


Celebrar: evaluar cómo la oración y la liturgia inspiran y guían efectivamente el "caminar juntos" y cómo se promueve la participación activa de los fieles.



Corresponsabilidad en la misión: una reflexión, es decir, sobre cómo la comunidad apoya a sus miembros comprometidos en un servicio, por ejemplo, en la promoción de la justicia social, los derechos humanos, la Casa Común.


El diálogo en la Iglesia y en la sociedad: repensar los lugares y las modalidades del diálogo en las Iglesias particulares, con las diócesis vecinas, con las comunidades y movimientos religiosos, con las instituciones, con los no creyentes, con los pobres.


Con otras confesiones cristianas: qué relaciones se mantienen con otras confesiones cristianas, cuáles son los frutos, cuáles son las dificultades.


Autoridad y participación: ¿cómo se ejerce la autoridad en la Iglesia particular?, ¿cuáles son las prácticas de trabajo en equipo, ¿cómo se promueven los ministerios laicos?


Discernir y decidir: preguntarse qué procedimientos y métodos se utilizan para tomar decisiones; cómo se articula el proceso de toma de decisiones y qué herramientas se promueven para la transparencia y la responsabilidad.

Formación para la sinodalidad: en esencia, una mirada a la formación que se ofrece a quienes tienen roles de responsabilidad en la comunidad cristiana, para hacerlos más capaces de escucharse y dialogar.

Revisar texto completo en: https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2021-09/texto-leido-en-espanol.html