Amor y esperanza para Haití y migrantes

Jueves 30 de Septiembre del 2021
- La Pastoral de Migrantes de la Diócesis de Rancagua organizó una campaña de ayuda en el contexto del Mes de la Solidaridad y del Día del Migrante, que dio importantes frutos.

Comunidades parroquiales, colegios, empresas y particulares entregaron un granito de arena para aportar al mar de necesidades que surgieron en Haití, luego del terremoto que lo asolara en el mes de agosto. Esta ayuda fue canalizada por la Pastoral de Migrantes de la Diócesis de Rancagua, que impulsó una campaña en el contexto del Mes de la Solidaridad y el Día del Migrante.  

La encargada de la pastoral de migrantes diocesana, hermana Ximena Lazcano, se manifestó muy satisfecha por el trabajo realizado y por los frutos de él. Contó que esta actividad se planificó tomando en cuenta dos realidades apremiantes, como es el terremoto que sacudió a Haití el mes pasado y la permanente llegada de migrantes a la zona norte del país. Por ello se decidió hacer esta campaña para entregar apoyo a estas dos situaciones.

Para Haití, junto a otros organismos dedicados al tema de la migración, determinaron juntar tres tipos de alimentos: arroz, azúcar y aceite, a lo que sumaron agua embotellada y mascarillas. Pero como llegaron otras mercaderías (como fideos, puré instantáneo, conservas, salsas de tomate, entre otras) como equipo decidieron destinarlas a las diócesis de Antofagasta e Iquique, que están constantemente recibiendo migrantes.

Explicó, además, que durante las misas del Día del Migrante (5 de septiembre) se pidió una colecta para recaudar fondos para ir en poyo de la reconstrucción de Haití, en un trabajo que será más permanente y que se abordará como Iglesia chilena.

 

La campaña

La Pastoral de Migrantes comenzó la campaña el 21 de agosto, y en este corto tiempo el trabajo fue arduo, pues luego de la recolección de los alimentos, los voluntarios tuvieron que preparar las cajas con ayuda, clasificando y empacando la mercadería. El martes 14 de septiembre dieron un paso más, pues el camión cargado se dirigió hasta Santiago al lugar de acopio, donde se distribuirá tanto para Haití como para las diócesis del norte.

En la partida del camión estuvo presente el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera, quien agradeció a los voluntarios y a quienes colaboraron en esta iniciativa. En la oportunidad, monseñor Vera aseveró que “me alegra mucho lo que se ha podido hacer acá en la Diócesis de Rancagua, pues se ha recibido la colaboración de familias, de comunidades parroquiales y también de colegios, para poder ir en ayuda de otros hermanos”.

Señaló que “como obispo quiero agradecer la generosidad de quienes han apoyado esta campaña y de quienes la han ideado con creatividad; además, quiero incentivarlos a que en la medida que puedan ayudar lo sigan haciendo; hay que mantener ese espíritu atento, alerta a seguir colaborando en la medida nuestras posibilidades ante tantas necesidades que hay a nuestro alrededor”, dijo el pastor diocesano.

La religiosa Ximena Lazcano destacó, además, que fue una campaña silenciosa y muy digna. “Lo que queríamos también era renovar la esperanza de la gente, pues después de la pandemia la gente en la región está triste, por lo que queríamos esperanzarlos con esta entrega de ayuda”.

De especial manera agradece tanto a las parroquias que se comprometieron, como la de Coínco y Lo Miranda; a los colegios Maristas de Rancagua, Los Cipreses de Lo Miranda y La Escuela Agrícola de Graneros; a empresas (Cachantún donó agua embotellada), a particulares que llegaron con ayuda; y al Colegio Regional de Abogados que realizó un aporte económico para solventar parte de los gastos incurridos. “Ha sido una suma de manos que se ha permitido ayudar, lo que es muy esperanzador”, expresó la encargada de la pastoral.