Monseñor, el próximo 10 de noviembre se celebrará la Peregrinación al Santuario de Puquillay, ¿Cómo nace esta acción católica?
Cuando llegué a esta Iglesia diocesana, en agosto de 2003, me di cuenta que no había ninguna peregrinación de jóvenes, muchos iban al Santuario del Padre Hurtado, al de Santa Teresa de Los Andes, lo cual me parece muy bien, pero sentía que era importante generar una peregrinación que fuera creando identidad entre los y las jóvenes de nuestra diócesis. Entonces, después de conocer la región, me di cuenta que en la provincia de Colchagua, a seis kilómetros de la localidad de Nancagua, había un Santuario a la Virgen de Puquillay, que tiene más de 100 años. Así partimos con esta peregrinación que este año cumplirá nueve años, convocando entre 4 y 5 mil jóvenes. Eso le está dando identidad a la Pastoral Juvenil, porque tenemos un lugar donde ir cada año, además de ir a los dos Santuarios de nuestros santos chilenos, como San Alberto y Santa Teresa.
Monseñor, ¿Cuál es la invitación para los jóvenes?
La invitación es a todos los jóvenes, entendiéndolos como de 15 años hacia arriba, a veces van algunos menores y personas mayores, y todos son bienvenidos, pero evidentemente está pensado para jóvenes que aman a Cristo y que quieren vivir la fidelidad al Evangelio. Es un momento de compromiso, porque los jóvenes son el presente y el futuro de la Iglesia y éste en el Año de la Fe y de la Misión Joven, invito a todos a participar con entusiasmo y a renovar el compromiso de amor al Señor a la Virgen María, modelo de vida cristiana. Confío que esta novena peregrinación se desarrollará con el mismo entusiasmo de antes y con una gran participación de todos los jóvenes de nuestra Sexta Región.