Palabras del Pastor

Cuaresma: un tiempo de gracia

• El Vicario General de la Diócesis de Rancagua, monseñor Bernabé Silva, hizo un llamado a vivir este período intensificando la oración y también ejercitando la voluntad a través de la penitencia.

¿Cuál es la espiritualidad del período de Cuaresma?

La espiritualidad de Cuaresma deberíamos vivirla siguiendo el itinerario que la Iglesia nos señala, en cuanto a la oración: visitar frecuentemente algún templo para orar, acercarse al Sacramento de la Confesión, fortalecer el rezo del Rosario y, ojalá, la oración familiar, participar con gozo en la misa del domingo, dado que es el día del Señor y leer diariamente un trozo del Evangelio.

También esta espiritualidad dice relación con la penitencia. Tenemos que ejercitar la voluntad personal, en cuanto realizar privaciones de aquello que más nos agrade para entregarlo en bien de los más necesitados. Por ejemplo, si alguien fuma o come chocolate, privarse de ellos, también la familia puede decidir no salir a cenar, para comer algo sencillo en el hogar y dar esos recursos como ofrenda en la cajita de Cuaresma de Fraternidad que va en bien de los jóvenes más vulnerables.

Además, se puede realizar mucho más en relación con la caridad: tener buenas relaciones con los demás, vivir intensamente el mandamiento de amarnos los unos a con los otros. Aquí, las parroquias, movimientos y colegios, deben poner mucho empeño en trabajar fuertemente en la Cuaresma de Fraternidad en la distribución de las cajitas que es una tradición del Episcopado chileno desde 1981 y que va en ayuda de los jóvenes en riesgos social. Esta es una obra que debe ser impulsada por el amor al Señor para sensibilizarnos por los demás, especialmente, por los que sufren, tienen menos o nada.

El Sínodo nos ha ayudado a tomar conciencia que debemos ser una Iglesia más solidaria. Esto y más cosas incluyen esta espiritualidad de este tiempo de gracia como es el tiempo de Cuaresma.

¿A qué acciones nos llama esta espiritualidad de Cuaresma?

Las acciones son gestos concretos que cada uno o la familia, puede realizar en bien de una familia que conozcan o en forma más comunitaria a través de la Iglesia, retirando una de las cajitas que se distribuyen en todos los movimientos, parroquias o colegios, a partir del 22 de febrero, Miércoles de Ceniza.