“No tenemos duda de que los migrantes son un aporte para el país”

Miércoles 03 de Abril del 2024
Ayudar a quienes han dejado sus países de origen en busca de un mejor futuro y estabilidad para que puedan realizar el proceso de regularización en nuestro país, es un trabajo de la Iglesia de Chile, asevera el P. Bocchi.

El INCAMI, Instituto Católico Chileno de Migración -del Departamento de la Conferencia Episcopal de Chile para los temas relacionados con migración y refugio- cuenta ya con una larga experiencia. Actualmente tienen casas de acogida, realizan capacitaciones y ofrecen asesorías a los migrantes para que puedan realizar el proceso de regularización.

En una pausa durante una jornada de orientación, realizada en la oficina de la Pastoral de Migrantes de Rancagua, conversamos con el padre Lauro Bocchi, vicepresidente ejecutivo de Incami.

“Queremos realmente entregar un trabajo profesional, que la persona pueda sentirse bien, que pueda sentirse acogida y, principalmente, pueda tener respuestas a sus inquietudes en las distintas dimensiones, de manera especial en lo de regularización”. Así se refiere el Padre Lauro Bocchi a la labor que realizan. “Hay una coordinación nacional junto con las demás diócesis para ver todo lo que como Iglesia podemos hacer para acoger, para proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados en nuestro país”, agregó.

 

¿Cuál es el modo de operar que tienen como Institución?

“Tenemos un equipo central en Santiago y cada diócesis tiene una Pastoral de Movilidad Humana, esa pastoral es la presencia de la Iglesia junto a esas personas que llegaron a Chile con el sueño de buscar una vida mejor. Hace un tiempo comenzamos a salir a las comunas, a los lugares más alejados para hacer operativos de atención, coordinados con los municipios y con las pastorales. Son los operativos de atención de asesoría migratoria”.

“Todos los viernes salimos a terreno y de lunes a jueves atendemos en las oficinas de calle Bustamante (en Santiago), y coordinamos, capacitamos a los equipos regionales, apoyamos algún proyecto, algún tipo de recurso, a partir de lo que tenemos, de lo que recibimos, señala”.

Además, hace tres años empezaron un convenio con la Organización Internacional para las Migraciones OIM, gracias a esto hemos podido visitar todas las diócesis.

 

¿Por qué trabajan con este foco?

“Entendemos que son personas vulneradas en sus derechos, no sólo por no tener la posibilidad, no sólo por no tener un RUT, sino por no encontrar el camino, por no encontrar la solución. Hay una situación que pasa mucho, es que los migrantes se asesoran entre ellos o contratan a un abogado, o una agencia, a un tramitador, en general, pagan carísimo por eso, son engañados; quien hace el trámite no da seguimiento; el tramitador recibe el dinero y desparece”.

“Por la experiencia que hemos venido acumulando -INCAMI tiene casi 70 años- nos dimos cuenta de que una de las necesidades que los migrantes tienen es informarse sobre cómo regularizarse en Chile. Las solicitudes con relación a eso aumentaron en los últimos diez años, así es que empezamos a trabajar esa dimensión. Unos vienen porque no saben cómo solicitar la Visa, pero después sabemos que tienen todo tipo de necesidades, a nivel de vivienda, salud y educación”.

 

¿Cuáles son las principales dudas de los migrantes que buscan asesoría?

“En general, personas que ingresaron por pasos no habilitados, quieren saber qué posibilidades tienen de regularizarse, desde la solicitud de la primera visa, cómo hacerlo ahora con la nueva ley, cómo regularizar a los niños, cómo nacionalizarse. En Chile no es un trámite fácil, los plazos son largos, los requisitos son muchos, pero entendemos que con este trabajo podemos colaborar y facilitar los procesos, y al mismo tiempo dar un poco de esperanza a todas esas familias, a esas personas que llegan en general sin nada, quebradas en todos los sentidos, no es fácil empezar la vida desde cero en otro país con otra cultura, otras normas, leyes. Es muy importante este trabajo junto a las personas migrantes y refugiadas  y esa es un poco la esencia de la Iglesia, estar con los que más necesitan y, claro, uno a veces necesita un apoyo inicial, después es bonito ver que la persona se regularizó , ya formalizó su trabajo, ya puede arrendar un espacio, ya tiene una moto, un auto, y va mejorando, es muy lindo ver eso, y son, de verdad, muchos testimonios en relación a eso, eso nos motiva y nos da, nos alegra y la persona regular en el país también tiene sus derechos respetados, eso es muy importante”.

 

Otro gran tema son los derechos…

“Nosotros hablamos de derechos, pero siempre buscamos que las personas entiendan que también tienen sus deberes. Que a partir de ahora ésta es su patria y tienen que empezar a entender la cultura, a integrarse en la sociedad local, y ser parte de la sociedad, ser parte de la Iglesia local, participar de las actividades y ser un aporte importante para el país”.

“Nosotros no tenemos duda de que los migrantes son un aporte para el país a pesar de que muchas veces muchos de ellos están metidos en la violencia, en la delincuencia, asaltos, robos, todo eso. Entendemos perfectamente, pero hacemos una diferencia entre los que realmente migran con la intención de buscar una vida mejor y los que vienen con tras intenciones”.

 

¿A cuántas personas han podido ayudar hasta ahora?

“De acuerdo con nuestras bases de registros atendemos a más de 20 mil personas al año, entre 1300 y 1400 personas mensuales; en los operativos, de 100 a 150 personas.  cuando salimos, y ahí nos damos cuenta de lo importante que es este trabajo con las necesidades de las personas, no es fácil buscar en la página del servicio nacional de migración a veces los requisitos son tantos o no se entienden.”

“Otro dato que identificamos es que de cada 10 personas que presentaron su solicitud de visa, 6 lo hicieron mal, y eso significa que los plazos se extienden cada vez más, si no subió correctamente los antecedentes o faltó un requisito, o hay un documento vencido eso implica un atraso grande o empezar de cero. Son varios meses, son muchos los que llevan 4 ó 5 años en Chile sin recibir una respuesta; hay quienes hace tres años hicieron la solicitud, y sale la visa de un familiar, pero no la de los demás, y los solicitaron juntos, entonces, junto con OIM y Servicio Nacional de Migración hacemos ese trabajo que es fundamental.”

 

 

 

 

 

Recuadro:

Según un estudio realizado por el Servicio Nacional de Migraciones SERMIG y el Instituto Nacional de Estadísticas INE, hasta el año 2022 había 1.625.074 personas extranjeras en nuestro país. El 13% de esta cantidad corresponde a niños, niñas y adolescentes. El informe contiene, además, las cifras que corresponden a la población migrante en situación irregular. Hasta esa fecha se hablaba de más de 100.000 personas.