Monseñor, ¿A qué nos invita el Papa Francisco cuando nos convoca a un Sínodo sobre la Sinodalidad?
Después del Concilio Vaticano II se acostumbró a que cada cuatro años el Santo Padre convoca a un Sínodo para tratar temas atingentes a la Iglesia, como la familia, la catequesis, entre otros. Es una reunión que se realiza en Roma, por varios días, con la presencia de los obispos de todas las Conferencias Episcopales, para tratar un tema particular cuyo trabajo se pone en manos del Papa. Posteriormente, el Santo Padre saca una Carta, una Encíclica o un documento con las líneas para trabajar esa temática. La palabra Sínodo viene del griego y significa “caminar juntos”, que es el espíritu de la Iglesia; y el Papa Francisco ha querido invitar a un Sínodo sobre la Sinodalidad, que se va a realizar el 2023. Es decir, un Sínodo sobre lo qué significa ser y caminar de forma sinodal en la Iglesia, para que todo el Pueblo de Dios se sienta involucrado.
Por eso este Sínodo, que se va realizar en Roma el 2023, inicia su preparación ahora en octubre de 2021 en todas las Diócesis. El Papa ha querido que la mayor cantidad de bautizados puedan participar y aportar. Llegarán preguntas y material de estudio, formas de trabajar, y usaremos también la técnica a disposición para que muchos puedan decir su palabra. Así queremos ver a la Iglesia, en comunión, donde todos contribuimos, todos aportamos. Este trabajo debe comenzar en la base de la Iglesia, que son las comunidades parroquiales, los movimientos, entre otros. Este será un tiempo de trabajo intenso e interesante; y de un trabajo que no sólo será para el 2023, sino que debe ser siempre.
Monseñor, en nuestra diócesis de Rancagua ¿Cómo debe ser la actitud de los laicos frente a este trabajo sinodal?
Primero saber que se va a realizar este Sínodo y estar muy dispuestos a participar en él. En nuestra Diócesis le he pedido al padre Juvenal Gálaz que conforme un equipo de trabajo, que será el que nos orientará. Está llegando material y habrá que distribuirlo a las diferentes comunidades y movimientos, a toda la Diócesis, que los hermanos y hermanas católicos sepan que este trabajo se va a realizar y que en las reuniones ahora también tendrán que conversar sobre este “caminar juntos” y sentir que la Iglesia en el mundo entero está trabajando en este Sínodo y necesita el aporte de todos. No sentir que esto no les corresponde. En ese sentido, invitarlos a participar y a preguntar en su parroquia, en su comunidad por este trabajo.