Palabras del Pastor

Obispo Juan Ignacio González llamó a recobrar el verdadero sentido del patriotismo

- El administrador apostólico de Rancagua y obispo de San Bernardo, enfatizó durante el Te Deum la necesidad de estar unidos como país en este momento y recuperar los valores esenciales que se fundan en la visión cristiana del hombre y de la sociedad.

Monseñor, ¿Cuál es su mensaje para los chilenos este 18 de septiembre?

Como he señalado en el Te Deum, que tuvo lugar el día 17 en nuestra Catedral de Rancagua, siempre hay ideas que son esenciales. La primera de ellas es la Acción de Gracias que tiene varios matices: primero a Dios por la Nación y la Patria que nos ha dado, por eso cantamos el Te Deum que es una oración antiquísima de la Iglesia; segundo, también hay que agradecer a Dios por las cosas que nos ha dado a cada uno, la familia, el trabajo, los bienes, la posibilidad de estar vivos, en un momento que muchos hermanos nuestros han partido.

También agradecer el Amor a nuestra Patria, ¿Qué significa el amor a nuestra Patria?, ¿Por qué tantos hombres murieron por ella en la plaza de Los Héroes de Rancagua?,¿Qué movía a tantos hombres que murieron por la Patria no sólo en las guerras, sino que sirviendo a la Patria?

Ahí nace el verdadero sentido del patriotismo, que creo que en cierto sentido hemos ido perdiendo, porque éste implica por naturaleza la apertura hacia los demás y hacia los compatriotas sin distinción y la sociedad en la que estamos viviendo muchas veces nos lleva a cerrarnos.Entonces,los hombres y mujeres que han hecho grande a la Patria comienzan a desaparecer de nuestra imagen, de nuestra forma de vivir y empiezan los mitos y el juicio crítico de la historia, incapaz de ponerse en el contexto que esta tuvo lugar, algo que en este momento está muy de moda. Si miramos nuestra Patria con las apreciaciones y conocimientos que hoy tenemos, muchas cosas resultan inexplicables, pero una de las capacidades que tiene el ser humano no es sólo proyectarse al futuro, sino que mirar los hechos en el contexto en que estos ocurrieron. Echo de menos ese enfoque al mirar la realidad de la historia de nuestro país.

El papa Francisco decía hace algún tiempo, en una alocución, que: ‘si miramos la historia de la Iglesia sin los contextos en que ocurrieron los acontecimientos que hoy estamos analizando no entendemos casi nada’. Eso nos lleva a una conclusión: hay que aprender a conocer la verdadera historia de nuestra Patria. No puede la ideología y la visión sesgada taparnos los ojos para ver los elementos esenciales: la entrega, sacrificio, servicio, martirio de muchas personas sencillas, cuanta gente se la ha jugado por nuestra patria.

Por eso, este 18 vamos levantar el corazón al Señor en agradecimiento por la Patria que nos ha dado. Vamos a pedir mucho por el momento que estamos viviendo en varios sentidos: un primer sentido, es la pandemia y nuestra capacidad para comprender que hay detrás de estos hechos y conocer las consecuencias buenas que puede tener, las malas ya las sabemos. Otro sentido: estamos a punto de una decisión importante en el ámbito político-cívico,en que también debemos tener presente a nuestra Patria.

Entonces, el 18 de septiembre es un momento para mirar hacia atrás y agradecer; y desde el momento presente mirar el futuro para continuar el camino que nos imprimieron los grandes de nuestra Patria, los fundadores. La visión de la Patria sin historia es una visión nefasta que nos lleva a la destrucción. Por ello, he resaltado en el Te Deum la necesidad de recuperar los valores esenciales que se fundan en la visión cristiana del hombre y de la sociedad. Una Patria que está dividida contra sí mismo, que no comparte los valores esenciales sobre los cuales se fundaron la Patria, no subsiste. Muchas cosas quedan al arbitrio de cada uno, pero en otros debemos estar todos unidos y este es un momento de unidad frente a los valores que han hecho de Chile una gran Nación y dejar para otro momento las cosas que nos dividen.

Monseñor, este 18 la celebración fue en las casas con una serie de restricciones de la autoridad sanitaria, sin embargo, no todo el mundo las cumplió, la gente está cansada de estar encerrada, ¿Cuál es su llamado?

Estamos en un momento en que se prueba el temple de una nación y esto significa la capacidad de resistir cosas difíciles y duras, como la pandemia que nos afecta y nos seguirá afectando. Quienes no hayan respetado las normas establecidas para el 18 se hacen responsables ante la Patria y ante Dios de los males que se pueden haber producido y que pueden no saberse en esta tierra, pero si en la otra; y quienes si siguieron estas normas, volverán apreciar algo que todos estamos descubriendo en este tiempo: el valor de nuestra casa, de nuestra familia, de las personas que viven junto a nosotros, tenemos que fijarnos en esas personas,sobre todo en los adultos mayores que guardan estas cautelas y nos enseñan con su experiencia.

Hay que acordarse de san Pablo: “toda autoridad viene de Dios” y lo que dice la autoridad es para nosotros un camino de realización cristiana. Si la autoridad nos da normas y nos sigue dando, el que las cumple estáen un camino de una verdadera búsqueda de Dios, en medio del mundo, en su quehacer.